La provincia polaca más pequeña se sitúa en la parte sudoeste de Polonia. Tiene fronteras con la República Checa y con otras cuatro provincias: Baja Silesia, la Provincia de Lodz, Gran Polonia y Silesia. El lleno de planicies paisaje de la región de Opole es amenizado por las montañas Opawskie y el Monte de Santa Ana en el este, así como por el río Oder, que pasa por estos terrenos. Los ricos yacimientos de caliza, marga, mármol y basalto son la causa del carácter industrial de la región. Gracias a las condiciones climáticas y el suelo apropiados, también la agricultura está muy desarrollada.
La capital de la provincia, Opole, tiene un Casco Viejo bonito con una catedral gótica. Sin embargo, la ciudad no es conocida por sus monumentos, sino gracias al Festival de la Canción Polaca, que se celebra en el anfiteatro de Opole. La provincia de Opole atrae también a los aficionados al reposo en el seno de la naturaleza, ya que además de las montañas hay aquí varios lagos (Turawskie, Otmuchowskie y Nyskie). En el Monte de Santa Ana se encuentra uno de los centros de peregrinación más importantes de Polonia. La región es también famosa por sus numerosos monumentos, como el castillo de Brzeg, comparable en cuanto a la arquitectura y el tamaño al castillo de Wawel (Cracovia), las excelentemente conservadas fortificaciones medievales en Paczkow (a menudo llamadas «el Carcassonne polaco») y el extraordinario palacio en Moszna, que tiene 365 cámaras e infinidad de torres y torrecillas.